Los 4 documentos indispensables que te pide un cerrajero para abrir una puerta son:

  1. Documento nacional de identidad.
  2. Escrituras del piso si es en propiedad.
  3. Contrato de arrendamiento si es de alquiler.
  4. Recibo domiciliado donde aparezcan los datos del cliente que solicita el servicio.

¿Debe un cerrajero abrir una puerta sin pedir estas identificaciones?

No, de ninguna de las maneras. Esto es un riesgo que todo cerrajero profesional sabe que no debe correr.

¿Y por que? Muy sencillo, porque no es la primera vez que un ocupa solicita los servicios de una empresa de cerrajería haciéndose pasar por el propietario, o inquilino de esta para que abran la puerta y así apropiarse de ella hasta que las autoridades puedan desahuciarle.

Proceso tedioso que acaba con la paciencia de cualquiera por la lentitud con la que se gestiona por culpa de una leyes actuales. Eso sin contar el estado con el que nos encontraremos el interior de nuestra vivienda una vez sean desalojados los ocupas.

Que te pide un cerrajero para abrir una puerta

¿Qué hará un cerrajero si no le enseñan la documentación necesaria antes de abrir una puerta?

Un cerrajero profesional dará aviso a las autoridades pertinentes para poder comprobar y corroborar que la versión del cliente es cierta antes de abrir una puerta.

Una vez acudan las autoridades gracias a los medios de los que disponen podrán saber con certeza si la persona que solicita abrir la puerta de ese domicilio en cuestión es la propietaria o inquilina de la misma.

Gracias a estos pasos se evitará un problema mayor, tanto para el cerrajero, como para el verdadero propietario del domicilio sino fuera el mismo que solicitó el servicio de apertura. ¿Imaginas? menudo susto e impotencia sentiría si se encontrase con un desconocido en el interior de su vivienda al intentar acceder a ella y no poder porque la cerradura ya no es la misma.

Aunque le pueda parecer extraño esto que le acabamos de contar, no lo es tanto, por desgracia son muchas las viviendas en toda España las cuales son ocupadas y destrozadas por gente sin escrúpulos que no piensa en el daño que causa a los verdaderos propietarios, o inquilinos de estas.